viernes, 21 de mayo de 2010

AC.

Ese día, volvía de verlo a él, digo él porque ni siquiera podría etiquetarlo con una sola palabra, un referente de cómo quiera que se llame, algo que lo caracterice.. sería algo imposible, totalmente imposible. Él es mi vida, él es mi corazón, y cada una de mis partes del cuerpo, es mis ojos y mi boca, es mis pies y mi alma, somos él y yo, somos los dos, somos uno, somos homogéneos.
Ni siquiera podría decirme enamorada, me quedaría cortísima, él es mi Dios, es mi todo, es mi sonrisa y mi tristeza, es mi odio y mi amor, y si no les queda claro, él es perfecto, él es único, él me hace sentir cosas maravillosas, que con ninguna otra persona sentiría de esa manera.
Voy a dejar de hablar de él, para hablar de nosotros (¿El amor es egoísta, no?); no soy perfecta, pero juntos, somos perfectos. Yo planeaba una y otra vez, ese momento especial y único, en el que nuestra unión de amor, se haría sagrada ante los ojos de Dios, o simplemente se escribiría en una libreta donde juraríamos un “amor eterno” y compartiríamos los bienes. Me acosté en la cama.
Había llegado el día que tanto esperé, que tantos años planeé, era mi momento, su momento, nuestro momento. Estoy ansiosa, mi corazón late cada vez mas rápido, tengo nervios tan solo imaginarme la cantidad de gente que hay detrás de esta cortina... Podía oler su perfume, o al menos eso imaginaba, eso me traía calma, algo de calma, que necesitaba en ese preciso momento. Una sensación de escalofríos recorrió mi cuerpo, estoy tan emocionada, sólo pensar que mañana me en unas horas seré su esposa, (¡Wow, esa palabra queda muy grande!). Qué hermoso, lo miro con mi mente, lo desnudo y dejo su piel al descubierto, su corazón y su alma al descubierto, puedo sentirlo, sentir aquella vez que me enamoró, sentir su piel con mi piel, el roce cuasi maravilloso, donde me estremezco, muero y vuelvo a nacer.. Sentía que me abrazaba, sus manos heladas presionaban mi pecho, me tomaba por atrás, yo temblaba, me asustaba algo el echo de tener que salir, pero me dejé llevar, cuando de pronto, cada vez me apretó mas y mas.. ¿Qué me pasa?, ¿Qué me hacés mi amor?.. es.. un vacío.. me.. me voy...

Desperté, 5 años mas tarde… ¿Qué había pasado?, ¿En dónde estoy?, ¿Dónde está él?.. ¿Por qué no estoy con el vestido?, ¿Ya nos casamos?... Casi no escuchaba, sólo murmullos, una habitación blanca, y sueros y gente corriendo y moviendose a mi alrededor. Cuando quise esforzarme por entender algo, sólo me vi con arrugas, demacrada, casi del color de las paredes de la habitación, como si hubiera visto un fantasma, comenzaron a brotar lágrimas de mis ojos, y sólo suplicaba que él me viera, que me sostuviera la mano, como lo solía hacer, un te amo bastaría para sanarme..
Pero ya era tarde, él tenía esposa e hijos, él ya había echo su vida con ella, y nunca más preguntó por mi, ni volví a oir su nombre.

“Accidente Cardiovascular” dijo…y comentó entre los suyos “Se acostó y se durmió”.

Pasaron 5 años, y lo recuerdo como si fuera mañana..